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miércoles, 6 de agosto de 2014

Dante Alighieri - "El infierno"



La comedia es un poema alegórico en cien cantos, de algo más de un centenar de versos cada uno, dividido en tres partes, siendo el primero el del infierno, una especie de prólogo de la obra. Llama la atención la extremada importancia el valor simbólico y místico que tienen los números. La suma de todos dígitos del total de cada verso, de cada canto, y del número total del poema, el cual es una equilibrada arquitectura en la que nada es al azar, motivo por el cual una traducción en prosa destruye las relaciones numéricas de sus versos y una parte esencial de su mensaje más profundo.

Los tres reinos del Más Allá

En su significado y en su estructura, es una consecuencia no solo del comportamiento humano de cada uno de los hombres con respecto a la ley de Dios, sino de toda la historia de la humanidad, así como una imagen o figura de ella. Sin los pecados de los hombres, el Infierno sería diferente, no habría lugar para el Purgatorio y sin los hombres el Paraíso carecería cuando menos de la Cándida Rosa.
Dante imaginaba unos reinos de ultratumba en los que podemos leer, como ayuda a nuestra salvación personal, la historia moral del mundo.
El infierno ha sido al menos en el ámbito de la lengua castellana la más leída de las tres cantigas de la Comedia.

El infierno

Es un abismo en forma de cono invertido, cuyo vértice coincide con el centro de la tierra. Está dividido en una especie de vestíbulo y nueve círculos escalonados, en el primero de los cuales se encuentran las almas de los grandes hombres que no conocieron la verdadera fe, mientras los ocho restantes están dispuestos de manera que los cuatro primeros forman al Ante-infierno. En éste se castiga por este orden; a los lujuriosos, los golosos, los avaros y pródigos, a los iracundos y desidiosos. Se trata de los que han pecado por incontinencia, aunque gravísima, menos odiosa a los ojos de Dios que la bestialidad y la malicia, que se castigan con el infierno propiamente dicho, cuyos cuatro círculos de complicada estructura, contienen las almas de los herejes, los violentos, los fraudulentos y los traidores.

Dante en el infierno

Dante acompaña el alma del poeta romano Virgilio, el cual simboliza la razón y el amor humano, es guiado por ella a través de este doloroso y terrible reino. Le allana el camino, le protege de las insidias de los demonios y le aconseja y le instruye sobre el pecado y sus efectos, por mandato de Beatriz, la amada del poeta, símbolo de la sabiduría y el amor divino.
El florentino contempla en el infierno a las almas de gentes ilustres u oscuras, de caballeros y poetas, de sabios, papas, reyes y emperadores, de hombres de negocios y artesanos. Habla con ellas, se compadece o se alegra según los casos, de sus suplicios y va describiendo el más impresionante cuadro jamás escrito sobre la historia de los pecados de los hombres.
En el vértice del Infierno se encuentra Lucifer, parodia entre blasfema y grotesca de la Santísima Trinidad.
Dante no pretendía horrorizar a sus lectores con la descripción del abismo infernal, sino instruirlos e inducirlos al bien por el conocimiento del mal.
El poeta dijo que habían puesto “mano en él, cielo y tierra” porque cuando le fue revelado en su viaje alegórico debía ser dado a conocer a los demás hombres según mandato de los cielos, del que se da cuenta en sus versos. ¿Orgullo de Dante? Más bien fe sincera, convicción, quizás humilde, de haber sido escogido por la Providencia para cumplir tal alta y comprometida misión.

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