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martes, 26 de abril de 2022

Si te impresionan las mujeres libres, el inseguro eres tú.

 


 

Hay hombres que se sienten eclipsados por las mujeres como nosotras (en el sentido de que temen que les hagamos sombra). A esos hombres a los que no les impresiona, son seguros de sí mismos, inteligentes, fuertes de carácter a la par que sensibles, alfabetos emocionales, comunicativos, ingeniosos, respetuosos, tolerantes, cariñosos, atractivos por fuera por cómo son por dentro, generosos, prácticos, sencillos, directos, honestos, leales y NO MANIPULADORES. Esto último es muy importante, como valor en cualquier ser humano.

Te ve de igual a igual y ya está. El hecho de que tú seas segura de ti misma, inteligente, fuerte y toda la retahíla de cualidades no le acobarda ni le hace sentir inferior porque no tiene miedo de que le vayas a quitar su poder, ni a subirte a su chepa y hacer de tu capa un sayo con su vida. Entre otras razones porque no te dejaría hacerlo, él es quien dirige su vida y en todo caso, si quiere, voluntariamente la comparte con alguien que dirija la suya asumiendo sus responsabilidades y metiéndose en sus asuntos.

Inseguros no, gracias, hay que dejarlos crecer.

A los que acojonamos las mujeres libres de alma, mente y cuerpo, es a los inseguros, a los que se quedaron anclados en una época en la que la mujer dependía de ellos para sobrevivir y preferirían que hoy en día siguiera siendo así para no correr el riesgo de que se les escape no ya por irse con otro, sino para estar sola. Qué osadía.

 

Los inseguros son esos que se están todo el rato comparando contigo como en una especie de competición a ver quién es más listo, en una verborrea imparable por demostrar sus conocimientos; a ver quién es más macho, haciéndote todas las posturitas del kamasutra en la cama en una sola noche; a ver quién tiene más dinero, ostentando reloj, coche, etc. aunque luego te invite a su casa y tengas que llevar tú el vino y no te saque ni unas tristes aceitunas. A ver quién detenta más poder, tratando mal hasta a los camareros para demostrar el genio que tiene con los ‘subordinados’ esos. Los inseguros tienden a despreciar a otros hombres para hacerse los superiores, porque saben que, por sus propios hechos, no sobresaldrían jamás. Los inseguros son incapaces de reconocer sus miedos y explicártelos para que puedas comprenderlos y relajarlos, así que van con subrepciones para que no te des cuenta de sus debilidades (como tú si fueras idiota).

Uno de sus trucos es cuestionarte a ti continuamente, para minar tu seguridad, para hacerte sentir inferior, como él, para sentirse más fuerte que tú, aun sabiendo que te hace daño.

Porque de la seguridad muchas veces se deriva la autosuficiencia y el más vale solo que mal acompañado.

 

lunes, 9 de diciembre de 2013

Personalidad autoritaria

Una persona autoritaria es aquella que disfruta ejerciendo el poder, sobre una persona, un colectivo o una nación. Una autoridad también es necesario si lo trasladamos al poder legal y es necesaria en cuanto se ejercita sobre un bien público o los intereses de una mayoría. Según el diccionario de la Real Academia Española, tiene varias definiciones pero en referencia al poder legitimo dice: “Potestad que cada pueblo ha establecido su constitución para que rija y gobierne ya dictando leyes, ya haciéndolas observar, ya administrando justicia”.La autoridad forma parte de la historia humana y sin embargo, está en oposición a lo que también más anhela; la libertad. Esta balanza, este equilibrio hace que la persona autoritaria se sienta amenazada ante cualquier opinión en contra de sus pensamientos, decisiones. Parece un contrasentido pero precisamente el autoritario priva a su agresor su bien más preciado, su libertad. Sometiéndole, degradándole, en definitiva, anulándole. A este tipo de comportamientos se la llama en psicología “la personalidad autoritaria”.

Dictadores recientes en la historia como Hitler, Pinochet o Franco, se acogen a este tipo de personalidad y sus hechos lo demuestran sin lugar a equivocaciones, lo que decían ellos es lo que prevalecía y el que no comulgaba con sus ideales eran condenados a muerte por traición.El psicólogo Erich Fromm dijo: “Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media. Hay dos formas de acercarse a esta postura: una es someterse al poder de otros, volviéndose pasivo y complaciente. La otra es convertirse uno mismo en autoritario. De cualquiera de las dos formas, escapamos a una identidad separada”.

La obra de Erich Fromm

Fromm hizo un estudio completo de este tipo de personalidad http://www.enciclopediaespana.com/La_personalidad_autoritaria.html, en la que efectuó unas mediciones sobre la actitud, varios análisis basados en test y entrevistas. Los sujetos para el experimento eran en su mayoría delincuentes encerrados en prisión, por lo que su obra recibió muchas críticas. Decían que estaban enfocadas hacia el autoritarismo de derechas, en la época que realizó su estudio y posterior libro era el auge del fascismo y que muchos de los encuestados eran presos políticos.

¿Se hace o se nace siendo autoritario?

Exactamente no se sabe, los psicólogos creen que las personas autoritarias han sido niños o niñas muy protegidos, acostumbrados a salirse con la suya. No tienen empatía, ningún sentimiento hacía los demás, ya que ni lo sienten, ni lo piensan. Cuando se hacen mayores su grado de inflexibilidad puede hacerles agresivos, porque no toleran que nadie les diga lo que tienen que hacer o recibir críticas por algo que han dicho o hecho. Por tanto, como se creen dueños de la verdad, exigen obediencia ciega de quienes trabajan o viven con ellos. La palabra tolerancia no existe es su vocabulario, la tolerancia es aceptar a los demás en sus diferencias, defectos y virtudes, etc. Esta forma de ser es el lado apuesto ante una personalidad totalmente inflexible. Por tanto, suelen ser padres tiranos, jefes insoportables, y sus parejas son sumisas o callan por miedo del dominante.Ante una persona autoritaria lo peor que podríamos hacer, es intentar cambiarla, nos atrapará en su tela de araña para anular nuestra personalidad. Una persona no cambia o es difícil que cambie, en los autoritarios es imposible, ellos son la verdad, ellos son más que Dios o así se ven ellos.No siempre debemos pensar en la felicidad o el bienestar de los demás, la meta primera es ser felices nosotros para hacer felices a los demás y la felicidad no forma parte de la degradación o en la anulación personal.