Página Principal

viernes, 18 de junio de 2021

¿Eres un fracasado?

 


No te subestimes.

 

Estamos acostumbrados a que algunos términos como fracaso sean la antesala hacia la infelicidad y, aunque no se puede negar que las situaciones incómodas o difíciles pueden dar como resultado un cuadro de depresión irreversible, también es posible que sean los momentos de la vida, las crisis, que nos moldeen. En las crisis personales, sociales o profesionales es cuando estás forzado a hacer uso de todos los recursos internos, incluso de algunos que ni siquiera conocías. Esa es la grandeza del fracaso y esa es la razón para asegurar que la vida es un fracaso tras otro.

Todo en la vida es un fracaso tras otro… ¿Y qué?

Hay momentos épicos en el cine y en la vida. Este es uno de esos, de los que trascienden. Una de esas conversaciones que te cambian la vida. Este es uno de esos instantes cinematográficos que encierran más conocimiento filosófico que todas las obras reunidas de André Comte. Posiblemente, una de las mejores escenas del cine del nuevo siglo;

– A veces desearía poder dormir hasta los dieciocho años, saltarme toda esta mierda, el instituto y todo lo demás. Saltármelo todo.

– ¿Sabes quien es Marcel Proust?

– ¿Es ese del que enseñas?

– Sí, un escritor francés. Un auténtico fracasado. Nunca tuvo un trabajo, sus amores fueron un desastre, gay… Estuvo veinte años escribiendo un libro que ya casi nadie lee, pero quizá sea el mejor escritor desde Shakespeare… En fin, él llego al final de su vida, echó la vista atrás y decidió que todos esos años en los que sufrió fueron los mejores de su vida, porque le moldearon. Los años de felicidad… perdidos, no aprendió nada.

 

Cuánto cuesta aprender que las situaciones difíciles de la vida nos enseñan a mejorar.

El fracaso está enlazado, forzosamente, a otro término; la frustración. Hemos sido niños de nuestro siglo y, como tales, la baja tolerancia a la frustración es, prácticamente, una constante en nuestra vida.

El problema es que si no quieres sentir ninguna frustración en tu vida, no puedes permitirte fracasar y, si no puedes permitirte fracasar, no te permitirás intentar nada sin tenerlo perfectamente atado.

He aquí el problema. Están muy mal vistos los chapuceros pero, si nos paramos a mirar a algunas de las personalidades más relevantes del siglo XX, nos encontramos a seres humanos como Stephen Hawking que escribió un tratado en el que aseguraba… lo que años más tarde tuvo que negar. ¿Le preocupó? Está claro que las equivocaciones nos molestan a todos pero ese error (inmenso, por cierto) no a Stephen Hawking no le impidió continuar haciendo aquellos que más le gustaba; la ciencia.

Si estás en un momento de tu vida plácido y sin complicaciones, las apuestas estarán a la alta pero, realmente, lo que determinará de la “pasta” de la que estás hecho se descubrirá cuando te enfrentes a una situación difícil. Porque son las situaciones difíciles las que nos curten y si estás lo suficientemente atento como para mirar al rostro de tus miedos sin apartar la vista es probable que el aprendizaje que extraigas de las situaciones difíciles de la vida trascienda la situación y te cambie para siempre. Al fin y al cabo, sabemos desaprender de la misma manera que aprendemos. Nacemos como “tabulas rasas”, repletas de experiencias. Nosotros elegimos si nos llevarán hacia el aprendizaje o hacia la desesperación.

 

Dicen por ahí que lo que no te mata te hace más fuerte, pero yo creo que lo que no te mata NO te hace más fuerte; de fracasos y fracasos.

 

Por supuesto, esta reflexión no estaría completa si cayera en el error de generalizar. En otro momento, escribí acerca de las 4 frases motivadoras que, en realidad, nos desmotivan. Sigo creyendo en que las palabras de Friedrich Niezstche son malinterpretadas a menudo y en el caso de la cita “lo que no me mata, me hace más fuerte”, aún más. Reitero que hay situaciones difíciles “que te hieren de gravedad”. No todos los fracasos son iguales. Es por ello que si estás en un momento de tu vida en el que el mundo te supera, en el que crees que no sobrevivirás, no te lo pienses y busca ayuda. Y es que una de las cosas que el ser humano debería aprender consiste en saber cuando puede con una situación y cuando debe pedir ayuda porque “el barco se hunde”.

martes, 11 de mayo de 2021

Compañeros de trabajo toxicos: 7 técnicas para lidiar con ello



 




Todos hemos hemos tenido que lidiar alguna vez con compañeros de trabajo tóxicos, aquellos que se encuentran cargados de negatividad, agresivos y que de alguna manera afecta a sentirnos a gusto en el puesto de trabajo e indirectamente a nuestro trabajo y estado de ánimo. Si en ocasiones, no sabes como afrontar estas situaciones hoy vamos a saber como actuar frente a ellos…¿Te interesa?

Ya sabes, que es una ley no escrita que en la mayoría de los empleos, sea cual sea tu posición o sector tendrás que convivir con diferentes tipos de personas. No todas serán de tu agrado, incluso algunas pueden obstaculizar tus tareas, no obstante, puedes obtener más cosas positivas si consigues enfocarte en ti mismo y aceptas que es parte de la vida laboral y que, de esto también sacarás un aprendizaje.

Aprender a sobrellevar estas situaciones es fundamental para no amargarte, ya que, el trabajo es uno de los lugares donde más tiempo pasas a lo largo de tu vida, y para no llegar al extremo de tener que cambiar de trabajo con tal de no sufrir esos ataques, críticas, descalificaciones o incluso agresividad.

Ten en cuenta que cuando estos comportamientos son recurrentes y van enfocados a provocar tu marcha del puesto de trabajo, puedes estar sufriendo mobbing y es imprescindible que lo denuncies.

 


¿Cómo saber si estás en un ambiente de trabajo toxico?

 

Estas conductas van a ayudarte a reconocer a un compañero de trabajo tóxico:

 

Atacan. Se comunican con una persona con el objetivo de dañarla. Acusan a otra persona, de manera física o moral, de algún hecho falso, que puede afectar a su honor, dignidad o reputación. En ocasiones, se pueden usar insultos.

Descalifican. Puede ser personal o profesional, y suele ser generada por envidias y/o inseguridades, aunque, a veces, se trata de que son intolerantes a las personas distintas.

Son agresivos. Provocan distintas acciones que pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea ficticia o “bromas” hasta los gestos o expresiones verbales duras e hirientes. Implica provocación y ataque.

 


Tipos de compañeros de trabajo tóxicos

A continuación, te ayudamos a identificar a los principales tipos de compañeros de trabajo tóxicos:

 

    El protagonista. Es una persona que se adueña de las conversaciones en juntas y reuniones, impone sus puntos de vista y critica los de los demás. Tiene un alto sentido de competencia y no tiene escrúpulos para actuar con alevosía para lograr sus objetivos.

    El chismoso. Es posible que hayas conocido a un compañero de trabajo cuya principal actividad parece ser difundir información sobre otras personas. En ocasiones actúa como “espía oficial” del jefe o supervisor o de otros compañeros y le gusta informar de detalles irrelevantes o información que perjudica a otros.

    El sabelotodo. Es una persona con un nivel de inteligencia alta y una gran cantidad de conocimiento. No suele escuchar las opiniones de los demás y descartan las ideas de otros fácilmente.

    La bomba. Tal como su nombre lo indica, es una persona sumamente explosiva que tiende a expresar sus frecuentes rabietas emocionales de forma escandalosa y algunas veces agresiva. Les cuesta trabajo controlar su enfado y frecuentemente pueden pagarlo con otros.

    El que cree saberlo todo. Esta persona no tiene un conocimiento extenso sobre todo tipo de temas, pero busca constantemente el reconocimiento y atención intentando que otros piensen que son extraordinarios, por lo que suelen hablar mucho y en voz excesivamente alta.

    El negativo. Es aquel compañero que siempre está desalentando al equipo, ve el lado negativo de cada situación y aunque no da propuestas nuevas, tiende a rechazar todas las propuestas por sus errores potenciales.

    El manipulador. Uno de los más astutos y nocivos. La mayoría tiene una excelente relación con su jefe o Recursos Humanos. Posee la capacidad de llevarse a la gente a su terreno y conseguir sus objetivos cueste lo que cueste.

    La víctima. Es aquella persona que siempre se queja del mundo y siempre siente frustrados sus esfuerzos, por lo que deja de actuar y simplemente se dedica a lamentarse por aquello que considera irremediable.

    El juez. Suele ser perfeccionista y por ello se convierte en un crítico imposible de complacer, establece normas inalcanzables y luego juzga a los demás por no cumplir con ellas.

 


¿Qué puedes hacer para lidiar con ellos?

 

Tener que convivir con diferentes tipos de personas es una ley natural. Siempre va a pasar que con algunas tengamos más empatía y con otras no, sin embargo, en el terreno laboral puede convertirse en un gran problema, ya que a veces tendremos que saber sobrellevar la relación con compañeras de trabajo falsas, o incluso compañeros de trabajo insoportables, como ya hemos visto.

 

¿Cómo pasar de un compañero de trabajo?

Aquí tienes algunas ideas para empezar a sentirte más fuerte ante ese compañero de trabajo que no soportas:

 

Averigua su naturaleza

 

Antes de enfrentarte a un compañero de trabajo toxico es necesario entender cuáles son sus comportamientos y qué busca lograr con ellos. Los tipos que hemos comentado en el apartado anterior podrán ayudarte.

Nunca empieces a hablar con una actitud negativa.

Empezar un diálogo con una actitud agresiva nunca te llevará a buen puerto. Lo mejor es que encares cada charla como una oportunidad ideal para compartir ideas e intercambiar opiniones con el resto de tus compañeros.

Intenta empatizar con la realidad de la otra persona.

Nunca sabemos lo que está viviendo la otra persona, por lo que, antes de increparle por algo debes ponerte en su lugar e intentar comprender la situación en la que se encuentra. Si logras entender esto, tu reacción frente al problema será sumamente diferente.

 


Párate un segundo a pensar si eres tú el problema.

Siempre es más sencillo echarle la culpa al resto, pero prueba a ver qué pasaría si por un segundo evalúas la posibilidad de que el problema seas tú. Analiza cuál ha sido tu actitud con la otra persona a lo largo del tiempo, ya que, puede ser clave para entender por qué tenéis problemas de relación.

Neutraliza tus emociones.

Tal vez es esta la parte más difícil del proceso. Es normal sentirse agredido cuando un compañero de trabajo tiene un comportamiento grosero o hiriente, sin embargo, la clave para poder responder a la situación es proteger tu autoestima y no permitir que esa persona te haga perder el control de tus emociones.

Evita quejarte con los demás.

En lugar de hacer de tu problema una bola de nieve compartiendo con cada compañero lo mucho que te enfada la actitud del “compañero tóxico” lo ideal es afrontarlo en persona y de forma directa.

Aporta diferentes alternativas para solucionar el problema, qué sean beneficiosas para ambos.

Cuando la justificación que tienes para algo que no te gusta es un simple “porque sí”, puede que la otra persona no te tome demasiado en serio. Lo mejor es que tengas buenos argumentos para explicar tus razones, además de distintas propuestas para darle solución.

 

¿Tienes algún compañero tóxico? ¿Cómo te sientes cuando estás con él/ella?

viernes, 7 de mayo de 2021

Tratar al cónyuge o pareja con respeto


 

Muchas parejas desean comunicarse, no logran hacerlo sin saber exactamente porque no lo consiguen y acaban frustrados

 

Debemos tener presente en primer lugar, que los hombres y las mujeres nos comunicamos de forma distinta, así como el orden de sus prioridades. La mujer desea expresar sus sentimientos con franqueza y además con frecuencia, mientras que el hombre desea mantener la paz aún a costa de evitar los temas espinosos. ¿Cómo equilibrar estas posiciones tan diferentes? la clave está en el respeto.

Nos han enseñado a respetar a los padres, a un superior o a una autoridad, pero en la pareja los dos están en el mismo nivel, y ahí radica la dificultad. Podemos por ejemplo escuchar a un compañero, amigo, superior lo que nos tenga que decir con extrema paciencia, pero somos incapaces de hacerlo con nuestra pareja. ¿Es que acaso su pareja no merece ese respeto?


Cuando su pareja se exprese

A muchas personas les gusta más hablar que escuchar. La mujer hace partícipe de sus problemas o dudas a su pareja, no para que le aconseje, no para que busque soluciones, simplemente quieren ser escuchadas, nada más. Ni tan solo buscan su aprobación o no, solo quieren que sepa cómo se siente. Hay que escuchar con el corazón no solo con los oídos.

El hombre necesita tomarse su tiempo para explicar sus sentimientos y se sienten muy incómodos si se les presiona para hacerlo. Con paciencia al fin también lo hacen, porque si no se pondrán a la defensiva y es posible que ya nunca lo hagan.

En los dos casos cuando la pareja se expresa no responda jamás de inmediato, deje que acabe de hablar, tómese su tiempo para reflexionar antes de contestar, la otra persona se sentirá respetada al saber que Ud. sabe escuchar.

 

Cuando usted se exprese

Nunca debe hacerse en tono burlón, irónico o con sarcasmo. Hay quien sigue los patrones de las series de televisión que utilizan ese método para hacer reír, pero que en la vida real ese comportamiento es tomado como una falta de respeto. No debe utilizar nunca palabras hirientes u ofensivas, no ayuda al entendimiento y si puede abrir una grieta en la pareja difícil de reparar.

Los desacuerdos en las parejas es normal y todos tenemos nuestra verdad, entrar en la guerra de querer ganar es muy cansado y peligroso. Ganar en una discusión es realmente una derrota. Es mejor intentar comunicarse.

Reconocer que no somos iguales

 Adaptarse el uno al otro con sus diferencias. Los dos en sus diferencias pueden ser perfectamente complementados, son pareja no clones. No siempre se entiende las reacciones del otro pero antes de saltar recuerde, no es usted, póngase en la piel de la otra persona y como es él o ella.

El respeto es imprescindible para disfrutar de una relación estable y feliz.