Por todo el mundo hay más de mil millones de ovejas. Los pastores que las cuidan afrontan diversos desafíos dependiendo de la estación del año en que se encuentran.
Las ovejas son animales gregarios, dulces y sensibles, emocionalmente complejos y muy inteligentes, establecen relaciones íntimas con sus crías y otros miembros de su especie ya que permanecen en sus grupos para protegerse de los depredadores.
Se ha demostrado con son muy sociables, les encanta el contacto físico y que las acaricien. Reconocen las facciones de quienes las cuidan y experimentan miedo cuando se les acerca un extraño o cuando son separadas de sus familias o grupos sociales con quienes establecen fuertes lazos emocionales. El corazón de las ovejas late más rápido cuando no pueden ver a miembros de su grupo lo que es un claro indicativo de miedo.
Para conocer sus diferentes facetas, dividimos el año por estaciones.
Primavera- En primavera, los pastores trabajan día y noche cuidando de las ovejas en sus partos. Según los mismos pastores es una etapa muy pesada pero también la más gratificante. Un perro bien entrenado puede ayudar a la oveja, si ésta tiene dificultades, sujetándola con suavidad para que el pastor pueda asistirla.
Verano- En verano comienza las labores de esquileo. Cada oveja produce 10 kilos de lana, según la raza y un solo pastor puede esquilar hasta 250 al día. Primero se prepara al animal cortando toda la lana sucia que rodea la cola. Un trabajador experimentado puede cortar la lana en dos minutos con la máquina eléctrica. Se limpia los vellones, se enrollan con cuidado y se meten en sacos para su venta.
Otoño- Es el momento de destetar a los corderos y separarlos de sus madres, para lo cual es necesario agrupar los rebaños que pacen en las montañas. Las ovejas conocen bien los límites donde pacen y es muy raro que una se pierda y ese conocimiento pasa de madres a hijas. Así y todo siempre hay alguna que se pierde y su búsqueda puede tardar días.
Es la época de buscar un buen semental y prepararlo para el apareamiento. Se requiere un carnero por cada 25 a 50 hembras.
Diez o doce semanas después el pastor con un escáner determina que ovejas quedaron preñadas y cuantas crían llevan. Las estériles son vendidas, las que llevan una cría se reagrupan y las que llevan dos o tres se apartan del grupo para darles más alimento y atención especial.
Invierno- En el invierno el pastor aprovecha las pocas horas de luz para alimentar a las hembras preñadas. Sea cuales sean las condiciones se mantiene cerca de ellas a fin de garantizar que tengan suficiente forraje durante las heladas. Son momentos que dependen del pastor para su supervivencia.
Sin toda esta dedicación es reconfortada por el entusiasmo y amor que dan los pastores y que estos reciben de sus ovejas.
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