Dictadores recientes en la historia como Hitler, Pinochet o Franco, se acogen a este tipo de personalidad y sus hechos lo demuestran sin lugar a equivocaciones, lo que decían ellos es lo que prevalecía y el que no comulgaba con sus ideales eran condenados a muerte por traición.El psicólogo Erich Fromm dijo: “Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media. Hay dos formas de acercarse a esta postura: una es someterse al poder de otros, volviéndose pasivo y complaciente. La otra es convertirse uno mismo en autoritario. De cualquiera de las dos formas, escapamos a una identidad separada”.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Personalidad autoritaria
Dictadores recientes en la historia como Hitler, Pinochet o Franco, se acogen a este tipo de personalidad y sus hechos lo demuestran sin lugar a equivocaciones, lo que decían ellos es lo que prevalecía y el que no comulgaba con sus ideales eran condenados a muerte por traición.El psicólogo Erich Fromm dijo: “Buscamos evitar la libertad al fusionarnos con otros, volviéndonos parte de un sistema autoritario como la sociedad de la Edad Media. Hay dos formas de acercarse a esta postura: una es someterse al poder de otros, volviéndose pasivo y complaciente. La otra es convertirse uno mismo en autoritario. De cualquiera de las dos formas, escapamos a una identidad separada”.
J.D. Salinger el hombre que quería estar solo
Niño y hombre enigmático
Nació en Nueva York un 1 de enero de 1919, tuvo problemas en todas las escuelas, cambiando constantemente por su carácter hostil. En 1939 asistió a un curso de narrativa corta en la Universidad de Columbia, con este hecho empieza su trayectoria literaria escribiendo para varias revistas.Se alistó voluntario en el ejército al inicio de la II Guerra Mundial. Estuvo cuatro años e incluso participó en el desembarco de Normandía (1944); testigo de horrores de combate, le dejaron una huella en su personalidad y carácter que se verá reflejado en sus posteriores trabajos literarios; Un día perfecto para el pez banana que habla sobre un soldado suicida y también Para Esmé, con amor y sordidez narra a un soldado traumatizado.Su vida personal no era mucho mejor, se casó dos veces y los dos matrimonios acabaron en divorcio, aunque mantuvo varias relaciones con aspirantes femeninas, siempre muy jóvenes.El guardián entre el centenoEs la obra más conocida de J.D. Salinger y en la que se encuentra muchos paralelismos entre su protagonista, un adolescente llamado Holden Caulfield, su propia personalidad y su forma de encarar la vida. En un pasaje del libro el protagonista afirma: ”Me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida de la gente”.El libro está narrado en primera persona y en presente, la conclusión es una clara evolución personal del escritor. Sus problemas escolares, sus cambios de residencia, su relación con el mundo al que considera hipócrita.En una conversación con Phoebe un personaje del libro, el protagonista, Holden, explica que le gustaría ser El guardián entre el centeno:"Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de dónde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer".Quizá la fascinación que despierta el libro es el interés por el personaje, descubrir a través del libro el misterio que siempre lo ha rodeado. Huyó de los focos, de los fotógrafos y de las entrevistas. “Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo solo para mí mismo y para mi propio placer” dijo Salinger en aquella única entrevista.